martes, 22 de diciembre de 2015

AVISTAMIENTOS

La serenidad de la tarde soleada me recuerda los años en los que por grandes momentos me sentí liberada de la esclavitud humana. Tantos fueron los anhelos de volver a estar allí, que en un parpadear ya me encontraba en la cancha de fútbol jugando, lugar que quedaba al pie de mi casa.

En esta época donde se supone que se celebra la navidad en Colombia, existen muchos motivos para celebrar, tales motivos se deben a que muchos de nuestros niños se gradúan o se confirman en la iglesia católica y los cumpleaños a fin de año que no pueden faltar. Sin embargo, aquí me encuentro tomando la tarde soleada esperando resolver mi mundo con una actitud de pensamiento positiva, creando un pequeño universo de posibilidades, en el que la gloria, el éxito y las oportunidades prevalecen en mis más rotundos sentimientos.

Tratando de converger la idea del verdadero éxito con mi realidad y claro está, tratando de ver de la miseria algo bueno.

Mi vida no es una miseria. Mi vida es un conjunto de realidades paralelas queriendo ser todas ellas, por un lado mi agrado hacia el arte, en todas sus bellezas, por otro lado el sentimiento hacia querer servir desde mi profesión y mis ganas de pertenecer y hacer en pro de este mundo, para la eliminación del dolor ajeno de aquellos seres que no tienen voz o lenguaje comprensible para el ser humano.

En esta soleada, siento un gran vacío y a la vez plenitud por lo que hago, como escribir en este momento, este mensaje que me sale de la cabeza y que simplemente es algo que quiero comunicar para mí misma.

Es un simple mensaje interno que me conecta conmigo, con mi ser, es el reflejo de lo que estoy sintiendo en este instante y que mientras escribo no lo leo con detalle, sino que lo observo al final.

Y aprovecho para responderme...

Y también aprovecho para resolverme, por que siempre tengo dudas de lo que soy, vengo a hacer, o lo que simplemente debo hacer, como por ejemplo, empacar los regalos para navidad.

Aty Anayansi Cubides Trujillo